Entrevistamos a Francis Ferris, gerente de Duart-Ferris, quien nos recomienda, en el día del libro, dos lecturas con las que llevar mejor esta crisis. Nada más empezar le pregunto cómo está y contesta rápida: ¡en una situación laberíntica!
Vale, pero ¿qué es “una situación laberíntica”?
Una “situación laberíntica” es una situación difícil en lque la vida te coloca, como es el caso del COVID-19; o en la que nos metemos nosotros mismos y que no sabemos cómo salir, como cuando decidimos montar una empresa con alguien muy cercano, pero que es un desastre en los negocios . Ambos tipos de situaciones tienen en común que no sabemos cómo salir de esa situación laberíntica y esto nos genera malestar.
Entonces, ¿el COVID-19 es “el gran laberinto”?
(Risas) Bueno, se podría decir así. Nos encontramos en una situación difícil e inesperada, en la que nos ha colocado la vida y de la que no saldremos cuando queramos, sino cuando podamos. Por eso es un laberinto. Quizá el mayor al que empresas, autónomos y sobre todo personas, nos estamos enfrentando en nuestra vida. Y hay que asumir que no sabemos cuándo saldremos de él, ni tan siquiera cuando las medidas de confinamiento terminen. Sus consecuencias laborales, económicas y personales durarán mucho tiempo.
¿Y cómo puede una persona, trabajador, y/o empresa vivir en esta situación laberíntica?
Toda persona, empresa o trabajador debe entender que ante el COVID -19, como ante cualquier otro laberinto en la vida, pasará por distintas fases. Primero hay una fase orientada a analizar por qué ha ocurrido esto. Todos y todas conocemos por los medios de comunicación comenzó el COVID – 19. Una segunda fase, donde nos damos cuenta que no queremos estar en esta situación, que queremos salir de ella, pero no sabemos cómo hacerlo . Sobre todo porque no es algo que dependa de nosotros. Vienen tiempos difíciles, pero hemos de salir reforzados. Y sólo lo conseguiremos si sabemos cómo gestionar nuestras emociones y pensamientos. Podemos salir airosos de ésta, pero hay que entender cómo funciona un laberinto.
Qué nos queda entonces…
¡Aprender a atravesar el laberinto y sin atajos! Para ello lo primero que tenemos que hacer es permitirnos todas las emociones que nos vienen fruto de la incertidumbre económica y social que estamos viviendo, pero sin juzgarlas: inquietud, frustración, tristeza, miedo a perder el empleo, desánimo ante el futuro de tu negocio, impotencia, agotamiento… Recomiendo coger una libreta y anotar cada día los pensamientos, emociones, obstáculos y facilidades que te vas encontrando. La clave está en observar en lugar de juzgar. De esta manera me desidentifico de la situación que me provoca malestar y puedo ver con claridad qué me está sucediendo.
¿Por qué sin juzgarlas? ¿En qué nos ayuda esto?
Porque cuando juzgamos no nos escuchamos y nos machacamos. Somos humanos. Es normal sentirse así y no hay que juzgarse o machacarse por esto. Tenemos que saber qué significan esas emociones y aprender de ellas. Esta es una oportunidad para aprender a tratarnos bien a nosotros/as mismos/as. Por eso es importante anotar y escuchar las emociones que nos van surgiendo.
En ocasiones las suprimimos porque no sabemos cómo gestionarlas. En lugar de ello, propongo, escuchar la emoción, respirar para que no tense nuestro cuerpo y dialogar con ella, a través de preguntas. Por ejemplo, si un día me levanto enfadado/a porque me acabo de enterar de que a un conocido le han aprobado un ERTE que presentó posteriormente al mío, tengo dos opciones: permanecer “enganchado” al enfado o sentirlo, respirar para que no me tense la mandíbula y preguntarme: ¿depende de mí esta situación? ¿para qué me sirve el enfado? ¿Qué me está dando y quitando el enfado?
Siempre podemos elegir cómo nos afecten las situaciones y emociones.
Nos encontramos ante un momento de cambio, de reinventarnos. De pararnos y reflexionar sobre qué queremos hacer después del COVID. Quizá no te importe tanto cambiar de trabajo; quizá veas que valorabas lo que hacías más de lo que creías; puede que descubras que el esfuerzo de levantar tu empresa merecía la pena y quieras levantarla otra vez, con más energía después de esto; tal vez aprendas que ese cliente o empresa no era más importante que tu familia; o incluso puedes descubrir cómo reconvertir y transformar tu negocio y tu vida.
Pero entonces… ¿estamos solos en este proceso?
El laberinto se transita solo, aunque puedes encontrarte con monstruos y aliados. Los monstruos son todas aquellas personas, cosas, animales, o situaciones que nos bloquean y nos dificultan nuestro camino. Gente que te desanima, que no ven salida a la situación de tu empresa, las noticias que van transmitiendo el empeoramiento del futuro laboral y económico… Por el contrario, los aliados son situaciones, personas, cosas, animales que nos facilitan el recorrido por el laberinto y que nos dan fuerza.
Nosotros/as mismos/as podemos ser nuestros peores monstruos o nuestros mejores aliados. Por ello, para salir del laberinto tenemos que convertirnos en nuestros mejores aliados, de esta manera saldremos fortalecidos/as.
Y la salida de esta situación ¿para cuándo?
Esta es la última fase del laberinto y, en este caso, no depende de nosotros el cuándo, pero sí el cómo. Tenemos que salir de esto transformados/as y empoderados/as, con más poder interior para enfrentarnos a nuestros trabajos, que serán diferentes, o al desempleo, para hacer crecer nuestras empresas, para tomar las riendas de nuestra vida.
¿Crees entonces que aprenderemos algo de esto?
Un laberinto es una oportunidad para aprender. La crisis del coronavirus nos afecta en tres ámbitos principales de nuestra vida. El económico, hay despidos, ERTEs, cierres de empresas, caída de la confianza empresarial. El social, estamos encerrados, el contacto físico está limitado, no podemos ver a nuestros padres, familias, amigos…. Y por último, a nivel personal, hay gente que está aislada, sola, otros están pasando más tiempo que nunca con sus parejas y familia… Gente que está trabajando y tiene que hacer de tripas corazón para que el equipo no se venga abajo… Cuando salgamos de esto, todos habremos aprendido algo en estos tres ámbitos y ya no seremos las mismas personas porque saldremos transformados.
Hoy es el día del libro, ¿qué textos crees que nos pueden enseñar a gestionar todo esto?
Hay dos que encuentro especialmente reveladores. El primero, a nivel empresarial y laboral, es Aprendiendo de los mejores de Francisco Alcaide Hernández. Este libro nos ayuda a reflexionar a través de la vida de los otros. Aporta herramientas para el desarrollo personal, pero también para la gestión de las crisis, de las empresas y equipos y, sobre todo, de la vida misma. Al segundo le tengo un especial cariño, se titula Los laberintos de la vida cotidiana de Fina Sanz, una mujer y profesional increíble. Este libro puede ofrecer una ayuda inestimable en este momento a muchas personas, porque ahonda justo en los laberintos de la enfermedad y cómo ayudarte a atravesarlos. Creo que ambas lecturas son muy recomendables estos días.
¿Cómo ayudáis desde Duart – Ferris a las empresas y autónomos en esta situación?
Duart- Ferris asesora y ayuda a empresas y autónomos y siempre les aconsejamos, que ante cualquier información, la contrasten con nosotros. Por ejemplo, a veces se publican informaciones, ayudas o subvenciones, a las que las pymes o autónomos creen que pueden acceder, pero muchas veces no es así. Los medios no explican la letra pequeña o todos los detalles y eso les genera mucha desinformación. En la parte emocional, nosotros acompañamos a las empresas en estos momentos, también dentro de nuestros servicios impartimos asesoramiento y sesiones de coaching para situaciones de crisis como esta.
Si me permites una última pregunta… ¿y tú qué estás aprendiendo de esto?
(Risas de nuevo) Pues lo primero, que tengo el honor de dirigir a un equipazo de gente que se está dejando la piel todos los días para ayudar a las PYMEs de este país. Este es un momento muy crítico para autónomos y pequeñas y medianas empresa. Y nuestra gente de Duart-Ferris está ahí, al pie del cañón todos los días, a pesar de sus miedos y sus desánimos propios, dando lo mejor de ellos mismos. Es un orgullo poder estar al frente de un equipo así. Y es algo que tanto yo como el resto de los tres socios de la empresa, no olvidaremos cuando todo esto pase.