Fuente: http://www.expansion.com/ahorro/pensiones/2018/02/24/5a90393f468aeb96218b4616.html
Es un plazo muy corto para exprimir la fiscalidad y el potencial de ganancias.
A partir de 2025, los titulares de planes de pensiones podrán retirar las aportaciones y los rendimientos generados con más de 10 años de antigüedad. Un plazo que empieza a correr también para las aportaciones posteriores o para las que se realizan a partir de ahora.
¿Se trata de un incentivo para los ahorradores o una medida que pervierte el espíritu de estos productos, que no es otro que complementar la pensión de jubilación? ¿Es las dos cosas a la vez?
Los expertos creen que la ventana de liquidez que abre el Gobierno puede inducir a error a los ahorradores que se estén planteando suscribir un plan para aprovechar sus ventajas fiscales, rescatar a los 10 años y utilizar el ahorro acumulado para otros fines.
Y señalan dos razones fundamentales. La primera que el plazo de 10 años es muy pequeño para sacar todo el partido posible al interés compuesto. La segunda es que la a priori fiscalidad ventajosa de los planes de pensiones se puede volver en contra del titular de un plan si rescata su ahorro en un plazo tan corto. Estas son las claves para no incurrir en errores de bulto.
-Interés compuesto. El gran leit motiv de un plan de pensiones es generar el mayor volumen posible de ganancias de cara a la jubilación. Para ello, es necesario empezar a aportar pronto y durante el mayor tiempo posible. La clave está en el interés compuesto. Es decir, en el potencial para ir sumando ganancias cuando añadimos al dinero que ya teníamos las plusvalías generadas y no materializadas porque mantenemos todo nuestro dinero en un producto.
Una permanencia de solo 10 años en un plan de pensiones limita mucho este potencial. “Es muy poco tiempo para aprovechar el interés compuesto, porque es a partir de la franja comprendida entre los 10 y los 12 años cuando se han generado los intereses suficientes para que empiece a crecer la bola de nieve”, explica José Trecet.
El analista de Finect especializado en fiscalidad recomienda a quienes quieren ahorrar y recuperar su inversión en 10 años “invertir en fondos de inversión. También permiten diferir la fiscalidad, pero a diferencia de los planes de pensiones sólo tributan por las plusvalías. Siempre sabemos lo que hay que pagar”.
-Impacto fiscal. El análisis del impacto fiscal es clave a la hora de decidir cuándo se retiran las aportaciones. Los expertos creen que contratar un plan de pensiones con el único objetivo de rebajar la factura fiscal por la vía de la reducción de la base imponible (la menor cifra entre un límite de aportaciones de 8.000 euros anuales y el 30% de los rendimientos netos del trabajo) para luego recuperar las aportaciones en 10 años puede ser un error. “No tiene sentido, es pan para hoy y hambre para mañana. Fiscalmente, la operación puede penalizar al titular de un plan”, asegura Carlos Herrera, administrador de Globalbrok y miembro de EFPA España.
La razón es que tanto las aportaciones como las plusvalías generadas son consideradas por Hacienda como un rendimiento del trabajo y no del ahorro. Por lo tanto, tributan al tipo marginal del impuesto sobre la renta, que crece a medida que aumentan los ingresos y va desde el mínimo del 19% hasta el máximo del 45%.
Por lo tanto, desde el punto de vista fiscal puede ser peor rescatar el plan cuando aún se está trabajando. Y la factura será más alta a medida que crece el salario a lo largo de la vida laboral.
Un partícipe de un fondo de pensiones que gana 30.000 euros tributará un 30% por el rescate anticipado. Pero quien gane 60.000 ó más deberá devolver el 45% del importe recuperado.
La vertiente fiscal es decisiva. Por ejemplo, los expertos no recomiendan rescatar el plan el mismo año de la jubilación. La razón es el que el salario casi siempre suele ser más elevado que la pensión (el máximo que se puede cobrar en España por una pensión pública es de poco más de 36.000 euros), por lo que la tributación es más alta.
Si quiere saber cuándo sería mejor invertir en un plan de pensiones para desgravarse, pinche aquí.
Por lo tanto, salir a los 10 años no sólo reduce el potencial de rentabilidad de las aportaciones. También impide a los titulares exprimir el atractivo fiscal, ya que el plan se puede mantener vivo incluso después de la jubilación (y por lo tanto se puede seguir reduciendo la base imponible) siempre que no se haga uso del ahorro acumulado. Es decir, que no se rescate.
-Liquidez. Con las nuevas reglas del juego, el Gobierno permitirá retirar cualquier aportación cuando transcurran diez años desde la misma. Los expertos creen que los titulares de planes deben valorar esta opción sólo en caso de extrema necesidad. Pero al mismo tiempo recuerdan que para estos casos ya había excepciones, como las enfermedades graves o los periodos prolongados de desempleo.
Carlos Herrera cree que la iniciativa del Gobierno es una jugada “de márketing, oportunista. Lo que hay que hacer es concienciar a la sociedad española de que hay que ahorrar para la jubilación. Y también introducir medidas fiscales de fomento de los planes, porque ahora sólo los utilizan quienes tienen un alto poder adquisitivo para diferir la tributación”.